LA LEYENDA DE GUAYAS Y QUIL
Para llegar al Cerro
del Muerto. Partiendo de Guayaquil se viaja por la carretera vía a la Costa,
hasta General Villamil (Playas), situada a 90 kilómetros de esta ciudad. De
Playas, se toma la vía al Morro. Antes de llegar al poblado, del lado derecho
de la carretera, hay una entrada con el letrero: “La Virgen de la Roca”.
Continuando por este camino lastrado se llega al área de parqueaderos. El viaje
en bus toma aproximadamente dos horas y en carro particular una hora y media.
Era la Época de las Conquistas Españolas en tierras americanas, y
después de haber sido fundada la Ciudad de Santiago de Quito cerca de la actual
ciudad de Riobamba,
los españoles consideraron que era no muy estratégico aquel asentamiento, así
que dos expediciones partieron de allí.
Una expedición se encaminó hacia el norte, siguiendo los pasos
de Rumiñahui, general de Atahualpa, Hijo del Sol y Último
Emperador Inca del Tahuantinsuyo,
ya que Rumiñahui había vuelto a la ciudad Inca de Quito para esconder
los tesoros que allí se encontraban. La otra expedición fue rumbo a la región
costanera, que intentaron varias veces establecer un asentamiento, pero los
bravos nativos del lugar incendiaban todos los campamentos.
Fue Sebastián de Benalcázar quien,
después de fundar San Francisco de Quito en la misma
ciudad ya edificada por los Incas, personalmente llegó a estas regiones para
fundar la ciudad de Santiago en la costa. Lo cual lo encontró difícil ya que
los huancavilcas, pueblo que dominaba esta región, destruían los asentamientos
españoles, liderados por el bravo cacíque Guayas.
El cacique Guayas de los Huancavilcas, estaba casado con
una bella mujer llamada Quil, quien además de ser hermosa, también estaba
entrenada en el arte de la guerra. Ambos se negaron a rendirse ante los
españoles conquistadores. Pero lamentablemente después de cierto tiempo las
fuerzas españolas tomaron prisioneros a ambos.
Guayas ofreció entregarle a cambio de la libertad de ambos,
inmensos tesoros que solo él conocía donde estaban ocultos. Los hispanos
aceptaron gustosos la propuesta y todos juntos se dirigieron a la cima de un
cerro, que se llamaría después Cerrito Verde y actualmente Cerro Santa Ana.
Cuando llegaron al lugar del "entierro", Guayas pidió un
puñal para levantar la piedra que cubría las riquezas, pero lo que hizo fue
atravesar rápidamente el corazón de su amada Quil, y luego él se clavó el arma
en su propio pecho. Así tendría dos tesoros: el río compuesto por la sangre
derramada por Guayas y el noble corazón de Quil.
Según cuenta la leyenda, antes de morir el bravo cacique Guayas
expresó las siguientes palabras: "Al río lo mancharon con la sangre de mis
hermanos, me llevo a Quil para que me acompañe a la tierra del Sol".
Según la leyenda, fue Francisco de Orellana, quien en el día
del Apóstol Santiago el
Mayor, y en memoria del heroico cacique Guayas y su idolatrada esposa Quil,
fundó la ciudad bajo el nombre de "Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago
de Guayaquil".
AUTOR:
ANÁLISIS |
El Valor de la:
Lealtad, respeto y empatía a su sangre |
Mensaje: “Un ejemplo de lucha constante y a no darnos por
vencidos por algo que nos pertenece”. |
Identidad Cultural: La leyenda que
investigue está relacionada con los Huancavilcas nativos de la costa de
Guayaquil.
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